lunes, 25 de abril de 2011

CANINO SUPERIOR

Erupciona a los 18 + 2 meses.

1) Cara Vestibular: Forma pentagonal. Borde incisal con dos vertientes: mesial (más larga) y distal, separadas por un vértice más aguzado que en los dientes definitivos (que se va aplanando a medida que el niño crece). Superficie convexa con tres eminencias cérvico incisales, separados por dos surcos poco marcados.

2) Cara Palatina: A los rodetes marginales mesial y distal se les suma un cresta vertical, ubicada entre ambos rodetes. Dos surcos, mesial y distal, separan estas tres eminencias.

3) Caras Proximales: Convexas, triangulares.

4) Raíz: Única, con un canal central. Larga, gruesa, aplanada mesiodistalmente. Ápice levemente desviado a distal y vestibular

INCISIVO LATERAL SUPERIOR

Erupciona a los 9 + 2 meses.

1) Cara Vestibular: Similar al incisivo central superior, pero de menores dimensiones.

2) Cara Palatina: Similar al incisivo central superior, pero con sus elevaciones aún menos marcadas.

3) Caras Proximales: Similares al incisivo central superior.

4) Raíz: Única, con un canal central. Aplanada mesiodistalmente, con un leve surco radicular en las caras proximales

INCISIVO CENTRAL SUPERIOR

Erupciona a los 7 + 2 meses.

1) Cara Vestibular: Forma trapezoidal, más ancha que alta, lisa y suavemente convexa. Borde incisal recto, borde misil recto, borde distal convexo. Ángulo mesioincisal marcado, ángulo distoincisal redondeado.

2) Cara Palatina: Rodetes marginales mesial y distal poco marcados, rodeando una leve depresión. Cíngulo poco marcado, se extiende hacia la depresión dividiéndola.

3) Caras Proximales: Convexas, triangulares.

4) Raíz: Única, con un canal central. Cónica, ápice redondeado levemente desviado hacia distal, con un leve canal radicular en caras proximales

MORFOLOGIA DENTARIA.

    Los dientes cuentan con una configuración externa e interna, siendo ambas fundamentales tanto en el funcionamiento del sistema como en el quehacer odontológico (exodoncias, restauraciones, endodoncia, etc.), pero la configuración externa anatómica es aquella que nos permite el reconocimiento y diferenciación de cada pieza dentaria. Todo elemento anatómico se ubica espacialmente en relación a alguna de las caras del diente vestibular (que puede ser labial o bucal) aquella que mira hacia el labio o la mejilla, lingual o palatina aquella que se ubica hacia el piso de boca o el paladar, según corresponda; oclusal o
incisal aquella cara triturante o borde cortante según se trate de un diente posterior o uno anterior; mesial aquella cara que mira hacia la línea media; distal aquella cara que mira al lado opuesto de la línea media.
    La configuración interna se refiere a la morfología de las cavidades que contienen a la pulpa: la cámara pulpar y los canales (antes conductos) radiculares.

     La configuración externa en tanto se refiere a todos aquellos elementos arquitectónicos que diferencian un diente de otro. Estos elementos son:

  • Cúspides: son elevaciones con forma piramidal cuadrangular, con cuatro caras llamadas facetas, las cuales pueden ser lisa s si miran hacia vestibular o lingual/palatino, y arma da s si miran hacia la cara oclusal. Pueden existir cúspides pequeñas, supernumerarias, inconstantes, que se agregan a las estructuras anatómicas normales. Los tubérculos molares son eminencias más o menos similares a cúspides, constantes o inconstantes ubicados en dientes molares deciduos y definitivos.

  • Surcos: son profundizaciones del esmalte, que a veces pueden ser fisuras (cuando el fondo no es de esmalte, sino de dentina), y que separan a las distintas elevaciones del diente. Pueden ser principales cuando parten de una fosa principal, separando las cúspides entre sí, o secundarias, los que parten de fosas secundarias y delimitan rebordes marginales.

  • Fosas: son excavaciones producto de la unión de surcos, según lo cual se les denomina principales, si la unión es de surcos principales, o secundarias si son la unión de surcos principales y secundarios. A veces pueden encontrarse fosas al final de un surco vestibular o palatino/lingual, siendo más común en el vestibular.
Tanto surcos como fosas son muy importantes en la etiopatogenia de la caries, ya que su profundidad y forma son elementos de riesgo para el comienzo del proceso carioso

  • Depresiones: son cavidades amplias, poco profundas, no bien delimitadas, que se encuentran en lingual/palatino de los dientes anteriores, en mesial de los premolares, etc. 

  • Rebordes marginales: son eminencias alargadas ubicadas por mesial y distal de todos los dientes, uniendo lóbulos y cúspides entre sí.

  • Aristas: separan las facetas de las cúspides, por lo que se las denomina armadas y lisas según las facetas que separan, y longitudinales si separan las facetas armadas de las lisas. También existe una arista en los rebordes marginales, separando las dos vertientes de ellos.

  • Crestas: son algo más prominentes que las aristas, ya que las aristas son planos intersectados, en cambio las crestas son elevaciones de por sí.

  • Surcos radiculares: son surcos longitudinales de la raíz que siguen el eje mayor del diente y a veces se continúan en la corona. 


  • Espacio interradicular o Furca: es el espacio determinado por la fusión de las raíces de un diente.

  • Foramen apical y foraminas: es el agujero, y los agujeros más pequeños por los que ingresan o salen los elementos vásculo-nerviosos destinados a cada diente. Se encuentran hacia el ápice de cada raíz, y su tamaño varía según el grado de formación del diente, siendo más pequeño en dientes maduros.

  • Cuello: es la constricción que separa corona y raíz. El cuello puede denominarse a su vez al límite entre lo que se ve en boca y lo que está inserto en el hueso, siendo el cuello clínico lo que separa la corona clínica de la raíz, por lo que está limitada por la encía; el cuello anatómico, separa el esmalte del cemento

FUNCIONES DE LOS DIENTES Y ARCOS DENTARIOS

Masticación: los dientes son los encargados de transmitir las fuerzas ejercidas por los músculos  masticadores a los alimentos. Esta fuerza muscular pura puede alcanzar los 400 kg de fuerza, pero gracias a la acción controladora del periodonto con sus elementos propioceptivos, la masticación es controlada según la necesidad de cada alimento. Todos los dientes cortan el alimento y lo friccionan contra el diente antagonista, y los molares y premolares además aplastan el alimento. De esta forma se facilita la digestión.

Fonación: los arcos dentales participan en la fonación como pared de la cavidad oral (que actúa como caja de resonancia), y también como elementos de referencia para la posición de la lengua y labios en la articulación de los fonemas. Así por ejemplo, al pronunciar las letras A, CH, E, I, LL y Ñ, la punta de la lengua se apoya tras los incisivos inferiores.

Estética: es sin duda la función más apreciada por la población, la cual al perder los dientes, recién  comienza a comprender la importancia de las otras funciones. Esta función va más allá de la sonrisa: la posición armónica de los tejidos blandos periorales se basa en la presencia, posición y morfología dental. Por ejemplo: el surco nasolabial de la piel de la cara se encuentra en relación a la eminencia canina ósea, la que a su vez existe gracias a la presencia del canino superior. La pérdida de este diente lleva a la profundización del surco nasogeniano, lo que determina una apariencia senil en el rostro.
También los dientes participan en la mantención de las proporciones estéticas de la cara cuando los molares se encuentran presentes y en oclusión (es decir, en contacto). Así por ejemplo, cuando se pierden los molares, el tercio inferior del rostro se ve disminuido de altura respecto a los otros tercios superiores.
La estética es además una de las funciones más sensibles a la acción del odontólogo, por lo que nuestros procedimientos pueden afectarla directa o indirectamente, causando ya sea alteraciones o beneficios en el estado psicológico del paciente, e incluso en la percepción que tiene de este paciente la gente que lo rodea.

Preservación de las estructuras adyacentes y del mismo sistema: cada diente impide el cambio de posición de los dientes restantes, contrarrestando las fuerzas que tienden a llevar los dientes hacia la línea mediana (o “mesializar los dientes”) e impidiendo la sobreerupción de su antagonista. Así también, la existencia misma del diente permite la existencia del proceso y porción alveolar y la encía que lo cubre. Cabe destacar que los dientes deciduos cumplen un importante rol en el crecimiento de la maxila y la mandíbula, y gracias a ellos, y su integridad estructural, los dientes definitivos pueden formarse correctamente y tienen el espacio necesario para erupcionar.

CARACTERISTICAS GENERALES DE LOS DIENTES

El color de los dientes, debido a su gran importancia estética, se analiza de forma compleja. Para su descripción anatómica, diremos que su color, en estado de salud, está determinado por la dentina, y tiene a ser de un color blanco amarillento en los dientes definitivos, y blanco azulado en los dientes deciduos, cambiando sus características de color en los distintos segmentos del diente, y con el paso del tiempo debido a los procesos de calcificación, los que también varían geográficamente, por ejemplo, por la presencia de ciertos minerales en el agua.

El tamaño y forma de los dientes también es variable entre distintas personas. Varía según el sexo (con dientes más finos y de forma redondeada en las mujeres), la dentición (decidua con dientes más pequeños y anchos), la raza (negra con dientes más prominentes), la forma de los arcos, la forma de los dientes posteriores, la forma de las superficies articulares de la ATM, etc.

Su estructura fisicoquímica le confiere al diente ciertas propiedades de conductividad termoeléctrica y comportamiento frente a los rayos X. Esto va dado por el espesor de los tejidos, y la cantidad de minerales presentes. Por eso ante un proceso carioso, que involucra en una primera etapa pérdida de minerales y luego pérdida de los tejidos, existe sintomatología dolorosa debido a la estimulación directa de las fibras dentarias de la dentina e incluso de la pulpa. Este proceso da signos radiográficos, ya que los rayos X forman la imagen de acuerdo a la cantidad y mineralización del tejido que deben atravesar.